En muchas ciudades españolas estamos sufriendo los efectos del calor extremo de los meses de agosto. En los ascensores, debido a que nos encontramos encerrados en escasos metros cuadrados, es normal que notemos el calor con mayor intensidad.

 

En algunos edificios el ascensor se instala en el exterior debido sobre todo a que en edificios antiguos no hay un espacio suficiente para que se pueda colocar dentro. Los meses estivales se caracterizan por ser protagonizados por el sol y las altas temperaturas. Por ello, es fundamental tomar una serie de precauciones en el mantenimiento para evitar que puedan averiarse.

 

Los ascensores exteriores alcanzan altas temperaturas por estar compuestos de cristal

 

Actualmente la mayoría de los ascensores exteriores cuentan con un cristal como material esencial. Este hecho presenta un inconveniente importante, ya que este material alcanza altas temperaturas en el momento en que el sol proyecta directamente en él. Asimismo, es habitual que en el interior de la cabina se registren notablemente altos grados de temperatura por una concentración paulatina de calor.

 

Para solucionar este problema, existe la posibilidad de instalar paneles de sandwich que se encargan de protegerlos de los cambios de temperatura y las emisiones acústicas por sus características aislantes.

 

Con ello, conseguiremos que se absorba gran cantidad de calor y que los rayos del sol reboten hasta en un 80%, reduciendo así la temperatura y mejorando las condiciones de los pasajeros que se encuentran en el interior del elevador. Así, se evita que el trayecto para el usuario sea incómodo por la concentración del calor.

 

Se deben revisar distintos mecanismos para asegurar la seguridad del ascensor. Durante el verano se debe prestar atención a los siguientes aspectos por causas meteorológicas. En el caso de las tormentas de verano, los rayos pueden generar complicaciones a la hora de suministrar la electricidad del ascensor y provocar interrupciones en la cabina. Gracias a la revisiones se puede evitar que los pasajeros se queden atrapados por los equipos autónomos que actúan de manera automática ante la ausencia de corriente, llegando a planta y abriendo las puertas.

 

En caso de filtraciones de agua, hay que tener cuidado con este tema puesto que si el agua de las tormentas se filtra en la sala de máquinas y en la estructura, puede originar un cortocircuito e inundaciones en el foso. Por ello, los profesionales especializados en este tipo de mantenimiento deben revisar el estado de las juntas del motor, el foso, pulsadores y otros sensores.

 

Si hay humedades en el foso y el ambiente está muy húmedo, el ascensor exterior puede dejar de funcionar por la oxidación de las piezas de su estructura. Por tanto, los esfuerzos se deben dirigir hacia la revisión del foso, la instalación eléctrica y las piezas que han podido sufrir desperfectos.

 

Por último, en el caso de la sala de máquinas, el cuarto nunca debe superar los 40° siendo muy importante su revisión antes durante y después del verano. Como sabemos, el ascensor es un medio de transporte seguro, pero puede sufrir averías por diversas causas. Para evitar estos inconvenientes es fundamental revisar las censor periódicamente. Gracias un equipo técnico con alto compromiso y de calidad, es posible realizar un mantenimiento idóneo para cubrir las necesidades específicas de cada instalación.

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