¿A quién no le ha pasado alguna vez que se encuentra a algún vecino en el ascensor y se produce un incómodo silencio ya que no sale ningún tema de conversación? Esto, por desgracia, es una práctica habitual, pero realmente el ascensor es un espacio idóneo para poder tener una charla con un vecino y conocerlo algo mejor.

Conversaciones sobre el tiempo, sobre fútbol, sobre temas banales… ¿Qué importa? La cuestión es que el ascensor, desde hace mucho tiempo, es un lugar donde los diálogos están a la orden del día. Y lo cierto es que es mucho mejor intentar amenizar los segundos de viaje entre planta y planta que estar con la boca cerrada y en tensión constante. Bien es cierto que tampoco es la consulta de un psicólogo, y en ocasiones es mejor callarse que revelar información que es mejor guardarla para un ámbito de confianza.

 

¿De qué se habla en los ascensores?

Los temas en un elevador son infinitos, como es lógico. Pero hay algunos que siempre aparecen en los momentos en los que no se sabe bien qué decir. Y, aunque a veces puede resultar una molestia, generalmente es mejor aliviar tensiones hablando de lo que sea. Aquí dejamos algunos de los temas más recurrentes:

  • El tiempo: ¿Quién no ha hablado sobre el estado meteorológico alguna vez con un vecino o un desconocido? Este tema es uno de los asuntos tribales más típicos a tratar en un ascensor.
  • El trabajo: Hablar sobre nuestra profesión y lo duro que ha sido el día laboral también es algo que nos hace sentirnos más cerca de la otra persona. Uno de los asuntos más recurrentes sin lugar a duda.
  • Preguntas sobre algún familiar: “¿Qué tal está tu madre?” “¿Cómo se encuentra tu hermano?” Las cuestiones sobre miembros de la familia también consiguen un mayor grado de cercanía con la otra persona.

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